Así empezaba el texto “Lo bueno de los animales es que te quieren sin preguntar nada”


ELENA:
Te mueres y no te pasa nada
Lo único que pasa es que acabas de perderte el mundo
Nadie abandona este mundo
Perdemos nuestro mundo, que es bien diferente

PATRICIA:
Quien haya sentido, no el pavor frente a la muerte,
sino la tristeza tranquila de perderse el mundo
-desde la cama del enfermo, o desde
el pavimento, rodeado de luces
y de carreras de desconocidos que te cubre
con mantas y te hablan-
y, por esas cosas del destino, esas vueltas que tiene la vida,
haya salvado la vida, debería dedicarse a esto:
registrar
las cosas que le daba pena perder
en películas de super ocho
-como señal de agradecimiento-
El desayuno con los niños,
las vacaciones, las cenas con amigos,
y lo mejor de una vida sexual…
Películas familiares.

ELENA:
De dónde vengo y adónde voy,
no son en absoluto cuestiones de recibo
Lo que importa es cómo,
cuánto
cuándo
dónde y junto
a quienes nos desgastamos
Morirse relativamente joven es,
entonces,
una idea aterradora,
porque nadie debería morir incompleto,
Medio vacío
Medio lleno
Con tantas zonas enteras
sin roces no magullones